Aqui os traigo una pequeña parte de un libro que me encanta, esta parte siempre me ha gustado es un poco, Aashjfaugbug, Sensual lo podiamos llamar espero que os guste ewe (?) El libro se llama :
La Condesa de Kildonan de Susan King
Capitulo 6
Nunca hamás la habían besado así. No sabía que podía ser como ir cayendo desde una inmensa altura o como una lluvia de sol líquido, caliente y espéndido. Tampoco sabía cómo el deseo puede propagar calor desde dentro.
Él aseguraba qu ella le había salvado la vida, pero ella sabía sin el menor género de duda que él le estaba salvando la vida a ella. Su ternura, sus suaves caricias y sus profundos besos la rescataban del olvido y la soledad a los que estaba relagada desde hacía tiempo.
Por una vez, seguiría los dictados de su voluntad y su deseo, y descubriría cómo es el amo. Sólo una vez, y luego él desaparecería de su vida. En ese momento deseaba permitirle que la llenara como más de su fuergo. Buscando el calor corporal había desatado un febril poder y una intensa necessidad dentro de ella.
<<Te necesito>>, deseó decirle. Él volvió a bsarla y ella s estremeció de placer. << Y h necesitado tanto esto>>
Fuera cual fuera el precio, lo pagaría con gusto. La voluntad y el deseo la impulsaban a continuar, la obligaban.
Evan se apartó un poco y le pasó la mano por el pelo, en suave caricia.
- ¿ Ya has entrado en calor? - susurró
- Un poco- suspiró ella, acercando la cara para otro beso.
- Todavía tienes fríos los dedos de los pies- musitó -el, acariciandoselos con los pies
Ella le pasó las yemas de los dedos por el contorno de la mandíbula y luego los dedos por entre los brillantes cabellos.
-Tambien tienes frias las manos -dijo él- Ponlas aquí.
Se desabotonó el chaleco y la camisa dejándose el pecho al descubierto. Pasó las manos por debajo de la chaqueta, le rodeó la cintura y la atrajo más hacia sí; quedaron tocandos casi piel con piel, sólo separados por la delgada camisola de ella. Catriona sintió un revoloteo en el vientre y un hormigueao en los pecchos. Él irradiaba un maravilloso y pnetrante calor.
Poniendo la cara en un angulo con la de él, esperó, y un instante después él volvió a besarla, un beso tierno, exquisito, tanto qu ella abrió la boca, acoplada a la de Evan, y suspiró. Sentirse tan segura, tan consolada, tan amada, aunque solo fuera por un breve momnto de su vida, era la sensación mas maravillosa que habís experimentado.
Mackenzie (evan) bajo la mano desde la cintura a la espalda,la deslizó sobre la cadera y continuó hacia abajo por el lado exterior del muslo; luego la subiño, rozandole la caja toracic a con los dedos y amoldado la mano ahi le acaricio el costado del pecho con el pulgar. Ella cerró los ojos, dejandolo que explorara sus curvas, elevaciones y hendeduras, que la tocara donde quisiera, porque sus caricias atizaban el fuego que ardia en lo profundo de su interior.
Él volvio a mover la mano y ella tuvo que contener el aliento, porque deslizó la palma por los contornos de sus pechos,excitándole el duro pezón con las yemas de los dedos. Entonces ahogó una exclamación, porque el bajo la cabeza y con la boca le trazó una estela por la clavículas y continuño bajando hasta calentarle los pechos con el aliento a través de la camisola.
[.....]
Seguire... cuando me de la gana! (?)
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